En griego antiguo, Hybris significa egocentrismo, la soberbia que empuja al hombre a desafiar los límites de lo posible. Esta prenda revive la tragedia de Ícaro, quien con alas frágiles de cera se lanzó al cielo decidido a rozar el sol, ignorando las advertencias de su padre. El resplandor que lo atraía con promesas de grandeza terminó siendo su condena: el calor derritió las alas y lo arrojó sin piedad al mar.
En el diseño, el sol ardiente y las olas furiosas se entrelazan como símbolos del destino inevitable, mientras la figura de Ícaro en plena caída captura el instante preciso en que el deseo de elevarse demasiado se convierte en ruina. La palabra Hybris en el frente conecta con el presente, recordando que la arrogancia sigue latente en nuestra naturaleza, y la inscripción de Némesis en la parte posterior invoca a la diosa encargada de castigar ese exceso.
Los caracteres 我儘 (wagamama) refuerzan la idea de actuar movido solo por uno mismo, por un ego desmedido que se olvida del límite. La prenda se convierte así en un relato visual: un recordatorio de que la ambición sin medida siempre termina cayendo al abismo.